Las crisis vitales siempre formarán parte de nuestro proceso de vida. Mediante ellas, tenemos la oportunidad de aprender y avanzar en nuestro camino. Aun así, este tipo de situaciones suelen ocasionar grandes sensaciones de inquietud e incertidumbre en nuestra vida. Es por este motivo que hoy te contaremos cómo hacerle frente a la crisis de los 30.
La crisis de los 30: claves para superarla
Todas las personas atravesamos por crisis vitales. Se trata de momentos en los cuales sentimos una gran inquietud e inestabilidad sobre nuestra vida misma. La etapa que finaliza la veintena, suele representar una de las crisis más frecuentes. Pero, ¿por qué en el entorno de los 30 años, las personas desencadenan una especie de crisis existencial?
Es claro que no todas las personas atraviesan sus crisis vitales de la misma manera. Aun así, estas crisis siempre existirán. Por lo general, la edad de los 30 suele ser una etapa crucial en la vida de cualquier persona. Se trata de un nuevo ciclo vital, en el cual se adoptarán nuevas responsabilidades y se replantearán muchas cosas.
Si las crisis vitales no son abordadas de una manera adecuada, la persona puede llegar a desencadenar graves trastornos emocionales a futuro. Es por este motivo que siempre será necesario darle a este tipo de situaciones la importancia que merecen. A continuación te ofrecemos algunos consejos, para que puedas hacerle frente a la crisis de los 30 de una manera sumamente efectiva.
Normaliza cumplir años
Algunas personas adoran el hecho de cumplir años. Por otra parte, existen otros que detestan este hecho. Es normal que al cumplir años pensemos que estamos más viejos, o que el tiempo avanza demasiado rápido. La clave para evitar este tipo de pensamientos, es mirar el lado lleno del vaso. Cada nuevo año es una nueva oportunidad para comenzar desde cero.
Cada vez que cumples años, estás teniendo frente a ti una nueva oportunidad para comenzar otra vez. Podrás dejar atrás todo lo que no te gusta de tu vida, y comenzar a vivir nuevas experiencias y cumplir nuevos propósitos. No es un año que se va…sino un año que comienza.
No estás obligado a seguir las normas sociales
La sociedad es la principal responsable de las crisis vitales de cada persona. Esto es debido a que las normas sociales nos imponen determinados estereotipos, los cuales nos encadenan y limitan demasiado. Si llegas a los 30 y no tienes hijos, pareja y un trabajo estable, serás todo un fracaso…según lo dicen las normas.
Pero… ¿esto es realmente así? ¡Por supuesto que no! Y de hecho, las personas que saben vivir sin darle importancia a las normas sociales son las más felices, ya que son dueñas de su propia vida y destino. Recuerda que cada persona es un mundo totalmente independiente, y que los procesos de cada una siempre llevarán tiempos distintos.
Si has llegado a los 30 y aún no tienes todo lo que has soñado tener, ¡no debes angustiarte! Tienes ante ti muchas oportunidades para seguir luchando por lo que quieres. Pero recuerda, debes de luchar por lo que tú quieres, no por lo que las normas sociales te imponen.
Asume las pérdidas
A lo largo de la vida, las personas vamos acumulando pérdidas y duelos de todo tipo. Por lo general, la edad de los 30 años suele ser el momento en el cual todas nuestras pérdidas se acumulan, causándonos así una gran sensación de inestabilidad emocional.
Si te han quedado duelos pendientes en tu vida, es ahora el momento perfecto para asumirlos y hacerles frente. Solicita la ayuda de un profesional, y tómate tiempo para ti mismo. Necesitas dejar el pasado atrás, para volver a darte la oportunidad de comenzar de nuevo.
Toma consciencia de lo ya vivido
En una sociedad que avanza demasiado rápido, suele ser difícil ser conscientes de las experiencias ya vividas. La edad de los 30 es la mejor etapa para detenernos por un momento, y realizar así una introspección. Analiza todo lo que has vivido hasta ahora, tanto las cosas buenas como las cosas malas. Recuerda que has sobrevivido a todo, y que todas tus decepciones y derrotas han existido tan solo para enseñarte a ser más fuerte e independiente.
Agradece por cada experiencia vivida, y sobre todo…por cada enseñanza. Tienes toda la vida para seguir adelante. Olvídate de lo que no te ha hecho bien, y comienza tu camino nuevamente, desde cero.