Como es de público conocimiento la llegada de la pandemia no fue buena para ningún país y México no fue la excepción. La pérdida de empleos fue en caída, con números alarmante y esto se debió al confinamiento obligatorio.
Si bien el gobierno de Andrés Manuel López Obrador estableció acuerdos con las empresas para que no se despidieran a los trabajadores, no tuvo sus frutos como se esperaba.
Actualmente el panorama en cuanto a los empleos formales en México no es el mejor y se espera que se agrave aún mucho más si se prohíbe el outsourcing. De todos modos, y vale la pena aclarar, en el país existen empresas confiables que ofrecen el servicio de tercerización, con las cuales es posible incrementar el empleo.
¿El esquema de outsourcing sufrió consecuencias durante los meses de pandemia?
El mes de diciembre del 2020 fue muy negativo en cuanto a la pérdida de empleos a pesar de como mencionamos antes, el gobierno, los sindicatos y las empresas acordaron evitar los despidos de los trabajadores.
La pandemia del Covid-19, solo dejó cifras negativas en todos los sectores. Miles de negocios bajaron sus persianas y lo peor de todo es que no pudieron volver a abrirlas. Por lo menos 300.000 personas perdieron sus empleos.
Por supuesto que, a lo largo de estos meses, los empleos que se perdieron fueron mucho menos en comparación con el año anterior porque durante el 2020 las contrataciones fueron muy pocas. Esto no quiere decir que la situación sea mejor, al contrario.
Si bien durante los meses de octubre y noviembre del 2020 de a poco se empezaban a recuperar los empleos, el mes de diciembre no fue así. Además, de la pandemia, hay que tener en cuenta que es un mes en los que siempre se generan cambios, se cierran empresas y se comienzan con nuevos ciclos.
Aunque todos los sectores que trabajan con empleados bajo el esquema de outsourcing se vieron perjudicados, hubo algunos que lo sufrieron un poco más:
Manufacturero
Construcción
Comercio al por menor
Ventas
Servicios en restaurantes
Turismo
Entretenimiento.
Según datos que aportó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) en el mes de diciembre del año pasado: la población ocupada de México entre julio y septiembre se situó en los 51 millones de personas, lo cual arroja una pérdida de empleos de 4.2 millones con respecto al año anterior. Los sectores más afectados en cifras:
60% sector de servicios: se redujo en un 9% con respecto al 2019 y 3 millones de empleos menos.
Comercio: reducción de 1.1 millones de empleos, lo que representa un 10% menos que el 2019.
El sector de restaurantes y servicios de alojamiento perdió 1.1 millones de trabajadores con respecto al 2019, lo que equivale a una baja del 25%.
Otra grave consecuencia que sufrió el esquema de outsourcing es la reforma que se intenta lograr para regular la modalidad y limitar la prestación de servicios, entre otros puntos importantes.
Si bien todavía no se conocen los detalles finales, lo que sí se sabe en concreto que el objetivo es asegurar la seguridad social de los trabajadores y las implicaciones fiscales de las empresas.
El problema fue que esta posible reforma se dio en un contexto en el que las empresas sufrían una incertidumbre por la situación de pandemia y el anuncio aumentó aún mucho más la preocupación.
Las nuevas disposiciones, sin duda, podrían perjudicar a las empresas, ya que hoy en día, 5 millones de trabajadores lo hacen bajo el esquema de outsourcing. Con este panorama las compañías tendrán que plantearse al respecto varios puntos importantes:
Crear esquemas que aporten flexibilidad al negocio (como lo hace outsourcing)
Establecer nuevas estructuras organizacionales esquemas laborales
Modificar las mecánicas de gestión de talento: utilizar otra manera de “conseguir” personal calificado.
Aumento de costos fiscales.
Restablecer la estructura de relación con los proveedores.
Ante este posible cambio sobre el modelo de outsourcing, las empresas no tendrán otra opción que evaluar cuáles podrían ser los posibles impactos y cuáles serán medidas que tendrán que tomar para salir adelante.