Muchas personas suelen pensar que la microgestión es un concepto fundamental, que debe de ser implementado en todo tipo de negocios y empresas. Ahora bien, lo cierto es que este tipo de organización puede llegar a ocasionar varios estragos en nuestro equipo de trabajo. A continuación te contamos por qué la microgestión resulta ser un problema para las empresas de la actualidad.
¿Qué es la microgestión?
Antes de definir si esta metodología de organización interna resulta traer ventajas o desventajas para nuestro negocio, debemos de dejar bien en claro a qué refiere. Cuando hablamos de microgestión, hablamos de un sistema de control extremo, el cual permite evaluar de manera continua cada uno de los aspectos de una empresa.
Un ejemplo claro de microgestión, es la presencia de un supervisor principal, el cual se encarga de controlar que todos los demás empleados cumplan en tiempo y forma con sus tareas y trabajos. Esta persona, tan solo tendrá que encargarse de supervisar el trabajo de los demás.
Varios jefes y empresarios suelen creer que esta es una estrategia muy ventajosa de trabajo, ya que garantiza la eficiencia y productividad de cada empleado. Es normal pensar que si una persona está siendo continuamente vigilada, siempre dará lo mejor de sí. Sin embargo, este modo de pensamiento no es del todo cierto.
¿Por qué la microgestión no es buena para las empresas?
Ya son varios los estudios que demuestran que la microgestión en un sistema erróneo de gestión de las empresas. Cuando una persona está siendo controlada y supervisada a cada momento, se sentirá presionada y tensionada, algo que no permitirá que desarrolle sus mejores habilidades y aptitudes. Además, la microgestión no fomenta la independencia ni el pensamiento libre de los empleados.
Este concepto se basa exclusivamente en la imposición, por lo que es evidente que no aporta nada bueno al ambiente laboral. Nadie puede trabajar cómodo ni rendir al máximo, si está bajo continua presión.
Además, pensemos también en el hecho de que cuando escogemos a una persona para que desarrolle el rol de supervisor, esta persona se sentirá con la responsabilidad de controlar hasta el más mínimo detalle del trabajo de los demás. Es muy común que los supervisores tiendan a ser personas exigentes y críticas, porque su rol exige ese tipo de personalidad. Este tipo de actitudes, no favorece en lo más mínimo la interacción interna entre los trabajadores.
Si queremos que en nuestra empresa exista una buena comunicación e interacción entre colaboradores, será necesario crear primero un ambiente de confianza y respeto mutuo. La microgestión atenta contra estos valores.
Razones por las cuales no deberías de aplicar la microgestión en tu empresa
Ahora que ya sabemos que la microgestión no es un sistema adecuado para mantener en nuestras empresas y negocios, pasemos a analizar paso a paso cuales son las desventajas de este sistema de gestión empresarial.
Cuando aplicamos microgestión, nuestros empleados y colaboradores deben de mantener una actitud completamente pasiva, por lo que no serán capaces de desarrollar un pensamiento independiente ni de fomentar su poder de creatividad.
Las personas que realmente tienen talento, no pueden prosperar en este tipo de ambientes, ya que no tienen la oportunidad de compartir su punto de vista ni de proponer alternativas.
La microgestión genera un ambiente de miedo y desconfianza, ya que no se utilizan los errores para aprender, sino tan solo para sancionar. Se trata de un sistema de gestión totalmente chapado a la antigua.
En este tipo de gestión, el supervisor que se encarga de controlar a los demás podría estar utilizando este tiempo para realizar tareas y trabajos verdaderamente necesarios y productivos para la empresa.
¿Líder o supervisor?
Existen muchas empresas que mantienen un sistema de micrgestión, sin tan siquiera ser conscientes de ello. Muchos “líderes” actúan como simple supervisores a la hora de controlar y supervisar cada detalle del trabajo de los demás empleados.
Es importante tener en cuenta que un negocio verdaderamente podrá tener éxito, solo si sus empleados y colaboradores se sienten cómodos y satisfechos a la hora de realizar su trabajo. Nadie estará contento si a cada rato pasa alguien por al lado, con el fin de tan solo controlar e imponer. Las personas son capaces de dar lo mejor de sí, solo cuando se confía en ellas, y cuando se les brinda la oportunidad de pensar por sí mismas.
La mejor manera de gestionar una empresa, es centrándose en los objetivos a alcanzar, y no en los detalles. Los verdaderos líderes se enfocan en los resultados y en el avance de todo el equipo, no en la supervisión de cada empleado por separado. Si quieres obtener los mejores resultados en tu negocio, asegúrate de generar un ambiente de confianza, solidaridad y respeto entre tus empleados.