El pensamiento estratégico es un concepto muy utilizado en el mundo del marketing. Sin embargo, puede ser perfectamente aplicado en otros ámbitos de nuestra vida. Se trata de un enfoque de gran utilidad, el cual puede llegar a traernos grandes beneficios. A continuación te mostramos cuáles son las características de este tipo de pensamiento, y cómo hacer para fomentarlo.
Características del pensamiento estratégico
Lo primero que debemos de comprender acerca del pensamiento estratégico es que no se aprende con ningún tipo de guía. De hecho, algunos suelen compararlo con el simple hecho de nadar o caminar. No es un aprendizaje teórico, sino práctico. Las personas que mantienen un tipo de pensamiento estratégico cumplen con las siguientes características:
Saben muy bien hacia donde van: Es necesario que exista un objetivo o propósito, si no es así, la estrategia no tendrá sentido.
Saben en qué punto se encuentran: Estas personas tienen la capacidad de saber en qué punto se encuentran, y que tan lejos están de alcanzar sus objetivos.
Saben definir el camino a seguir: Las personas con pensamiento estratégico saben cuál será su ruta para alcanzar sus objetivos.
Saben autoevaluar: Este tipo de pensamiento exige de una personalidad flexible la cual permita monitorear el panorama a cada momento.
El pensamiento estratégico exige de una dosis de realidad y autocrítica. Así también, para pensar de esta manera será necesario mantener un gran equilibrio mental y emocional. Estas habilidades pueden ser perfectamente desarrolladas si trabajamos en ellas a diario.
Tres claves del pensamiento estratégico
Si bien es verdad que el pensamiento estratégico se rige por un gran abanico de habilidades, también es cierto que existen tres de ellas que resultan ser las esenciales. Dichas habilidades son:
Eliminar los modelos predictivos: Las personas con este tipo de pensamiento saben que no pueden aferrarse de por vida a un modelo de acción. La estrategia está en constante renovación, por lo que hace falta mantener la mente bien abierta.
Formular preguntas: En este tipo de pensamiento las preguntas resultan ser más importantes que las repuestas. Si se definen claramente las preguntas, ya se habrá recorrido la mitad del camino.
Identificación de puntos clave: Siempre será necesario separar lo determinante de lo aleatorio. De esta manera no se perderá tiempo en detalles insignificantes.
Cabe destacar que pensamiento estratégico no es lo mismo que “planeación estratégica”. En el primero de los casos estamos hablando de una habilidad mental, mientras que en el segundo hacemos referencia a la capacidad de aplicar esa habilidad.
Según diferentes teorías, este tipo de pensamiento estaría fuertemente relacionado con el pensamiento lógico y abstracto.
Ejercicios para desarrollar el pensamiento estratégico
Como lo dijo Miguel Ángel Corona (2010), de la Universidad Iberoamericana de Puebla, en su artículo “Desarrollo del pensamiento estratégico en la escuela de negocios”:
“Desarrollar pensamiento estratégico requiere ampliar los horizontes de la mente y trabajar los tres subsistemas del pensamiento; esto es, los procesos relacionados con los conceptos, conocimientos y esquemas, con las destrezas y habilidades mentales para plantear estrategias y utilizar métodos y técnicas que, finalmente con las emociones, motivaciones e intereses, moverán las voluntades”.
Existen muchas maneras mediante las cuales podemos fomentar este tipo de pensamiento. Desde jugar juegos de lógica y estrategia, hasta simplemente lanzar hipótesis cotidianas para luego comprobarlas. A continuación te mostramos tres poderosos ejercicios mediante los cuales podrás desarrollar sencillamente este tipo de pensamiento.
Hace algo diferente: En este caso se deberá de realizar algo diferente cada día. Puede ser algo muy mínimo como, por ejemplo, cambiar de ruta para ir al trabajo. Debes de prestar mucha atención a todo lo que sucede, para así luego escribirlo en un papel y reflexionar sobre ello.
Juega al modelo: Se trata de un simple juego de roles. Inspírate en alguien a quien admires. Puede ser cualquier persona. La idea es que durante todo el día intentes actuar como esa persona. Al final del día, relata lo que has descubierto.
Preguntas locas: Realiza preguntas inusuales las cuales te lleven a fomentar tu pensamiento analítico. Antes de buscar la respuesta a esa pregunta, intenta crear tus propias hipótesis. Por ejemplo, puedes preguntarte por qué los ojos son redondos o por qué nuestras manos tienen cinco dedos.
Si comienzas a realizar este tipo de ejercicios a diario, poco a poco verás cómo tu manera de pensar se ve modificada. Una vez que consigas desarrollar tu pensamiento estratégico, conseguirás cumplir más rápidamente todos tus objetivos.