Sin duda que la tercerización fue y es la protagonista de la economía en los últimos años. Desde sus orígenes en el siglo XIX, fue cambiando, con el fin de adaptarse a las empresas y que estas se puedan potenciar.
De hecho, se estableció como una estrategia para que las compañías y empleados ganen de igual manera, sin embargo, desde hace un tiempo atrás algunas empresas se aprovecharon del modelo.
De todos modos, cabe aclarar que la tercerización imparte la especialización en los procesos y servicios que están próximos a la actividad principal que lleva a cabo la empresa contratista. Por supuesto que lo más importante en este proceso es el capital humano.
A lo largo de este texto, vamos a desarrollar el comienzo y la evolución de la tercerización en México, para comprender aún más el esquema.
Inicios de la tercerización
Luego de la revolución industrial en el siglo XIX, comenzó la tercerización, justo cuando algunas empresas de Estados Unidos y Europa usaron esta modalidad, que hasta ese momento no era reconocida como en la actualidad.
En el país del norte y luego de la Segunda Guerra Mundial, más precisamente en 1950, fue el auge de la tercerización. En 1988, ya había alcanzado un valor internacional que costaba creer por ese entonces, el mismo era de 100.000.000 millones de dólares. En 1989, fue el año en que ese “nuevo modelo” fue considerado formalmente como una estrategia de negocio.
Evolución de la tercerización
1970: en ese año solo se contrataban determinados servicios básicos, como por ejemplo los de limpieza y seguridad. A medida que fue pasando el tiempo, se da inicio a las agencias consultoras.
1994: la tercerización fue considerada en los procesos industriales, como por ejemplo la manufactura. Esto sucedió en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Luego, fue tenido en cuenta en las áreas tecnológicas, financieras y de logística.
2002: se crea AMECH en México (Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano), con el fin de que las empresas cumplan con todas las leyes fiscales y laborales del país.
2012: Dentro de la Ley Federal del Trabajo, se le da formalidad a la tercerización de servicios y capital humano.
2013: las actividades que eran realizadas por el servicio de tercerización se relacionaron exclusivamente con la gestión de capital humano, como, por ejemplo: tecnologías de la información y comunicación, procesos fiscales y de negocios, auditoría interna, control de proyectos, administración y seguridad.
2016: AMECH y la secretaría del trabajo y previsión social, entre otros tantos, trabajaron en conjunto para que el modelo de tercerización cumpla con todas las obligaciones: fiscales, patronales, vivienda, seguridad social y ahorro para el retiro, etc.
2017: El Instituto Mexicano del Seguro Social y el Servicio de Administración Tributaria, se unen para evitar que se utilice la tercerización de mala forma, con base en la resolución de la Miscelánea Fiscal.
2020: si bien en México muchos confunden el outsourcing abusivo con la tercerización y por ello desconfían del modelo. Pero en el país hay empresas en las que se puede confiar y sacar provecho del capital humano.
La tercerización laboral en pocas palabras
Como mencionamos, en un modelo muy utilizado en México, ya que las empresas pueden obtener profesionales altamente calificados en determinado sector sin tener un sector de recursos humanos que se encargue del reclutamiento y la selección.
Es importante, tener en cuenta que el contratante tendrá que recibir por parte del contratista una copia de los comprobantes fiscales (pago de salario de los trabajadores), declaración de las retenciones de impuestos y los pagos de las cuotas al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Si todo esto sucede, todas las partes estarán seguras de que todo lo que se está realizando cumple con la ley que establece el país. Es por todo esto, que a medida que el tiempo fue pasando, las empresas de tercerización se fueron adaptando a los cambios. El único objetivo de las mismas, es ofrecer soluciones y opciones laborales para que la economía del país crezca.